La Revolución -No Tan- Silenciosa De Mike Macdonald En Seattle
La cultura, los esquemas y la obsesión por el detalle están transformando a los Seahawks más rápido de lo que nadie anticipó.
Cuando un equipo alcanza mucho éxito, es inevitable que los rivales empiecen a mirar a sus coordinadores con ojos seductores, buscando copiar la fórmula.
Con suerte, el equipo que pierde a ese coordinador logra mantener el nivel sin un bajón notable.
Detroit, por ejemplo, parece una ofensiva inferior tras la partida de Ben Johnson, pero el descenso en rendimiento ha sido menos catastrófico de lo que muchos esperaban.
Hace unos años atrás San Francisco perdió a Robert Saleh y poco se notó cuando DeMeco Ryans tomó las riendas.
Sin embargo, no todos pueden decir lo mismo.
Dos años después de la salida de Mike Macdonald como coordinador defensivo de los Ravens, Baltimore todavía busca cómo reemplazarlo.
En 2024 y en lo que va de 2025, la defensiva ha sido tan pobre que aquel 2023, cuando la unidad puso a los Ravens a un paso del Super Bowl antes de que Lamar Jackson y compañía se quedaran en solo 10 puntos ante Kansas City, ya parece un recuerdo lejano.
Basta con pasar cinco segundos viendo un video de Seattle en redes sociales para encontrarte con un aficionado de los Ravens lamentando la salida de Mike Macdonald, como si no fuera el curso natural de la vida en la NFL.
Bendita Ingenuidad
Cuando Mike llegó a Seattle, la exigencia sobre él no venía de los nuevos aficionados. Tampoco venía del gerente general, ni siquiera del dueño.
La presión se la impuso él mismo, con su mentalidad disciplinada y su obsesión por la perfección.
En Seattle estaban cómodos con la idea de una reconstrucción de 3 años, como suele hacerse. Todos estaban conformes, menos Macdonald.
Su visión era distinta. Creía que el equipo tenía suficiente talento para competir y ganar muchos de los partidos desde su primera temporada.
A veces, la ingenuidad de quien llega nuevo y quiere comerse al mundo funciona mejor que el cinismo de la experiencia.
Nadie iba a convencer a Macdonald de que sus Seahawks no podían ganar ya.
En Baltimore, Mike Macdonald fue el arquitecto de una de las mejores defensas que los Ravens habían tenido desde la salida de Ray Lewis.
Y lo logró jugando a una especie de fiesta de disfraces durante cuatro meses.
Mover a Kyle Hamilton por toda la defensa se volvió una rutina. Vestirlo de safety, linebacker o pass rusher y confundir a los mariscales de campo, un placer.
Cuando Macdonald llegó a Seattle, una vez más su ingenuidad tomó protagonismo. Intentó implementar los complejos conceptos que utilizaba en Baltimore dentro de su nuevo equipo.
Sin embargo, pronto se topó con varios problemas.
Primero, no tenía una unidad tan disciplinada ni tan talentosa como aquella que le permitía explotar todos sus fetiches defensivos. Y segundo, no tenía a un Kyle Hamilton.
Seattle llegó a la semana de descanso con récord de 4-5, y fue entonces cuando Macdonald decidió dejar atrás sus ideas más ambiciosas y volver a lo básico.
Los Seahawks comenzaron a jugar una defensa simple, enfatizando la importancia del tacleo y los fundamentos.
De pronto, en la segunda mitad de la temporada, ganaron 6 de sus últimos 8 partidos, permitiendo apenas 15.5 puntos por juego en esas victorias.
Lamentablemente, el sueño de playoffs se les escapó por poco, a pesar de terminar con marca de 10-7, empatados en la cima de la NFC con los Rams.
Los Ángeles avanzó gracias a un calendario ligeramente más exigente.
Un Novato Con Pantalones
Cualquiera pensaría que ganar 10 partidos en su primer año, quedarse al margen de la postemporada, dividir honores en la división ante Kyle Shanahan y Sean McVay, y barrer a los Cardinals sería suficiente.
La mayoría de entrenadores no tocarían nada. Se engañarían creyendo que el crecimiento en la NFL es lineal: si gané 10 este año, el próximo gano 12, y luego estoy en el Super Bowl.
No hay nada más lejos de la realidad.
Macdonald, pese a su juventud, no tiene reparos en tomar decisiones fuertes. Se dio cuenta muy temprano que la contratación de Ryan Grubb como coordinador ofensivo no encajaba con su visión.
Grubb venía del football universitario. Había sido el coordinador ofensivo de los Washington Huskies, un equipo que acababa de llegar a la final del campeonato nacional antes de caer ante Michigan.
Cuando el entrenador Kalen DeBoer dejó Washington para asumir en Alabama, Grubb estaba seguro de que él sería el sucesor.
Pero cuando los Huskies nombraron a Jedd Fisch, proveniente de Arizona, renunció de inmediato. Lo consideró una falta de respeto.
El campus de los Huskies está a solo 10 minutos de Lumen Field, lo que facilitó las entrevistas y, consecuentemente, la contratación de Grubb por parte de Macdonald.
El problema apareció en medio de la temporada 2024, cuando la ofensiva de Grubb en Seattle no reflejaba en absoluto lo que Macdonald pretendía.
En Washington, Grubb utilizaba abundante play action y motion (movimiento previo al snap) para confundir defensas. En los Seahawks, todo eso desapareció.
Durante el 2024, Seattle se ubicó:
#27 en play action
#27 en motion
Macdonald había llegado a Seattle para romper con la previsibilidad que marcó el final de la era Pete Carroll. Pero en su primer año, su ofensiva había caído en la misma trampa.
Buscando Juguetes En La Juguetería
¿Qué haces cuando quieres una ofensiva dinámica?
Vas al árbol de entrenadores de Kyle Shanahan o Sean McVay.
Son tantos los técnicos que han salido de esos dos, que parece cuestión de tiempo para que los 32 equipos de la NFL terminen corriendo alguna versión de la misma ofensiva. Es broma… pero tal vez no.
Mike Macdonald no tardó en reemplazar a Ryan Grubb. El elegido fue Klint Kubiak, recién despedido de los Saints luego de que New Orleans contratara a Kellen Moore como su nuevo entrenador.
Kubiak no es uno de los nombres más respetados en ofensiva, básicamente porque ha pasado por todos los equipos posibles.
Pero su pasantía con Shanahan y los 49ers en 2023 bastó para que lo consideraran el siguiente ungido.
Matt LaFleur, Mike McDaniel y el mismo McVay aprendieron de Kyle en la versión 2012 de los Washington Redskins, aquel grupo que revolucionó la NFL al inicio de los 2010s.
Desde entonces, y especialmente con el éxito de Kyle y Sean, cualquiera en su órbita aprende conceptos que marcan la diferencia entre una ofensiva promedio y una que de pronto parece iluminada.
Kubiak lo demostró cuando los Saints anotaron 47 puntos ante Carolina y 44 contra Dallas en los primeros dos partidos de 2024.
Tras la lesión de Derek Carr que eventualmente acabaría con su carrera, los Saints no volvieron a anotar tal cantidad de puntos.
Aun así, con Jake Haener y Spencer Rattler bajo centro, su ofensiva —una de las peores en talento— terminó #12 en touchdowns en zona roja durante 2024.
Cuando Seattle traspasó a Geno Smith a Las Vegas y a DK Metcalf a Pittsburgh, muchos nos rascamos la cabeza tratando de entenderlo.
Horas más tarde, esa misma noche del 13 de marzo, quedó claro el plan: ofrecerle a Sam Darnold un contrato casi idéntico al de Geno, pero con un mariscal 7 años más joven.
Darnold ya había trabajado con Klint Kubiak en ese centro de rehabilitación para coaches y quarterbacks llamado los 49ers, durante 2023.
Klink entonces dio la bendición, para que un Darnold ahora muy respetado tras su paso por Minnesota, fuese el nuevo QB de los Seahawks.
¿Qué Nos Han Regalado Darnold Y Kubiak En Seattle?
Si antes de la temporada te pregunto cuáles crees que serían las mejores ofensivas de la NFL, probablemente pasarías por la mitad de los equipos antes de mencionar a los Seahawks.
Y no te culparía.
Como cualquier ofensiva —y no me voy a cansar de decirlo— todo parte de la protección al mariscal de campo.
Seattle arrastra ese problema desde los días de Russell Wilson, y sinceramente, tampoco ha hecho grandes esfuerzos por cambiarlo.
Solo basta ver su inversión en la línea ofensiva:
2022: #28
2023: #30
2024: #32
2025: #32
Aun así, los conceptos de Kubiak, utilizando solo dos receptores —uno de ellos, Cooper Kupp, con gran capacidad para bloquear— junto a un Sam Darnold más maduro y con mejor lectura de defensivas, han mejorado la protección.
El año pasado Seattle fue #21 en el índice de Pass Block Win Rate de ESPN. Esta temporada están en el #10.
Pero ese ni siquiera es el dato más interesante.
Sam Darnold y Bo Nix son los dos mariscales de campo menos capturados en toda la NFL, con apenas 9 capturas cada uno.
Para ponerlo en perspectiva, Jalen Hurts, rodeado de una de las mejores líneas ofensivas de la liga, ya suma 24.
Y Jared Goff, con una protección casi perfecta, ha sido capturado el doble de veces que Darnold.
Sam no tiene ese talento a su alrededor, pero el esquema, su velocidad de lectura y su inteligencia están enmascarando un problema estructural que en otro contexto habría sido grave para Seattle.
Darnold está promediando 2.58 segundos antes de soltar el balón, reduciendo el promedio de 2.8 segundos que tuvo el año pasado en Minnesota.
Eso solo se logra cuando un quarterback se siente completamente cómodo dentro del sistema ofensivo.
Y por eso no sorprende lo que vimos el domingo ante Washington:
Completó 21 de 24 pases para 330 yardas, 4 touchdowns, 1 intercepción y un rating de 141.0.
Fue su 4° partido con 4 pases de touchdown desde el inicio de 2024; solo Lamar Jackson tiene más (6).
Se convirtió en el 2° jugador en la era del Super Bowl con al menos 325 yardas, 4 o más touchdowns, 3 o menos pases incompletos y 0 capturas en un mismo juego. El otro fue Johnny Unitas en 1967 ante Atlanta.
También se convirtió en el 5° jugador en la historia en lanzar 4 touchdowns y 3 o menos incompletos en un partido de horario estelar (Prime Time). El único otro que lo logró como visitante fue Len Dawson, miembro del Salón de la Fama.
El esquema ofensivo de Kubiak, liderado por Darnold, deja un par de datos más que deberían emocionar a los aficionados.
Cuando quieras medir qué tan efectiva es una ofensiva, mira su porcentaje de touchdowns en zona roja.
Básicamente, cuando los 22 jugadores están en un espacio reducido de 20 yardas o menos, entrar a la zona de anotación requiere creatividad, precisión y talento.
Hacerlo de manera consistente es lo que separa a las grandes ofensivas del resto.
Por ejemplo, en las últimas dos temporadas, las mejores ofensivas en ese rubro fueron:
2023 San Francisco 49ers | 68% de éxito
2024 Baltimore Ravens | 73.9% de éxito
Seattle actualmente ocupa el puesto #3, con un 70.3% de éxito tras 8 juegos completos.
Y si hablamos de Darnold, también hay razones para emocionarse.
Hoy es segundo en la NFL en porcentaje de touchdowns lanzados, una métrica que muestra cuántas veces un quarterback convierte un pase en anotación en relación con su total de intentos.
Matthew Stafford: 7.7%
Sam Darnold: 7.4%
Jared Goff: 7.1%
Elegir a un coordinador ofensivo realmente comprometido con ayudar a su mariscal de campo puede cambiarle la vida a una franquicia.
Si no me creen, miren el ejemplo de Darnold, Kevin O’Connell y Minnesota el año pasado.
Y si todavía dudan, observen a Drake Maye, Josh McDaniels y los Patriots este año.
¿Dónde Seattle Aún Puede Mejorar?
En la NFL no existe el equipo perfecto.
Cuando solía escribir con frecuencia, tenía una sección recurrente en playoffs llamada “Así perderá tu equipo el Super Bowl”.
Básicamente, describía la kriptonita de cada escuadra.
Eso se puede aplicar a los 32 equipos, y Seattle no es la excepción.
El juego por tierra de los Seahawks sigue siendo la deuda pendiente de Kubiak y compañía.
A veces pienso que es porque Darnold y JSN —a quien debí mencionar antes— están encendidos, y es fácil enamorarse de la idea de seguir dándoles el balón.
Otras veces creo que sí es un problema real, uno que puede convertirse en un dolor de cabeza más adelante.
Cuatro veces en lo que va del año los Seahawks no han alcanzado ni siquiera las 90 yardas terrestres como equipo.
Promedian apenas 3.7 yardas por acarreo, la segunda peor marca de la NFL, y sus 103.9 yardas por tierra por partido los ubican como la décima peor ofensiva terrestre de la liga.
En duelos cerrados de playoffs necesitarán un quarterback que cierre los juegos, pero también un ataque terrestre que desgaste al rival.
No sé si en Seattle están demasiado preocupados por eso, porque la llegada de Rashid Shaheed, quien también trabajó con Kubiak en New Orleans, sugiere que seguirán comprometidos con el juego aéreo.
Y honestamente, no los culpo.
Lo Que Emociona De Seattle
La otra parte que no había mencionado —y que muchos tal vez creían que sería el eje de este texto, es la defensa del gran Mike Macdonald.
Seattle tiene momentos altos y otros más normales, pero lo que realmente me emociona es la posibilidad de ver una unidad defensiva más afinada en la segunda mitad de la temporada.
Macdonald aprendió de sus errores en 2024 y este año ha tomado las cosas con más calma.
Los Seahawks hoy son:
4° en presión al quarterback
3° en apresurar al quarterback
3° en capturas
Y todo eso enviando la segunda menor cantidad de blitzes en toda la NFL.
Están consiguiendo el éxito con solo cuatro hombres presionando.
Esto es posible gracias a dos factores clave:
Primero, la llegada de DeMarcus Lawrence, proveniente de Dallas en la agencia libre, harto de pelear por un nuevo contrato con los Cowboys. Nada nuevo.
Y segundo, la recuperación de Uchenna Nwosu, quien había disputado solo 12 partidos en los últimos dos años tras registrar 9.5 capturas en 2022. Hoy lidera al equipo con 5 capturas en apenas 7 juegos.
Donde sí deben mejorar es en los fundamentos de tacleo. Seattle acumula 65 tacleos fallados, la quinta peor marca de la liga.
Paréntesis:
Cincinnati lidera la NFL con 110 tacleos fallados. Qué estupidez.
Cierro paréntesis.
Usualmente, cuando un equipo llega a playoffs, se ajusta el cinturón y mejora en estas asignaciones.
Espero que ese sea el caso de los Seahawks.
Todas estas miles de palabras tienen una razón de ser: Seattle ha sido uno de los equipos más sorprendentes y entretenidos del 2025.
Y quería compartir este texto porque cada vez que un equipo me emociona, merece contarse.
Los Seahawks han perdido 2 partidos ante 49ers y Bucs en la última jugada, y por exactamente un total de 7 puntos combinados.
En mi librito, tengo a los Seahawks como el segundo mejor equipo de la NFC Oeste, un paso por detrás de los Rams y ligeramente por encima del hospital llamado 49ers.
Pero Seahawks y Rams se verán las caras en las Semanas 11 y 16. Ahí decidirán entre ellos quién es realmente mejor.
Y la verdad, no puedo esperar.
Gracias por leer. ✌
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