El Dilema Que Es Caleb Williams en 2025
Brillante en lo imposible, errático en lo básico. El QB definirá la historia de los Chicago Bears en 2025.
Imagina que tienes un hijo que entra al primer grado de la escuela y la maestra le enseña a sumar y a restar.
El chico aprende rápido y lo adelantan al siguiente grado prematuramente. De pronto se encuentra con compañeros que ya saben de multiplicaciones y divisiones.
Esos compañeros no se sienten impresionados por el nuevo chico, aunque sí sienten algo de celos de que lo hayan adelantado a su mismo grado de dificultad.
Los Chicago Bears, con Ben Johnson en su primer año, están aprendiendo a sumar y a restar. Pero su éxito ha llegado de manera tan inesperada que ya se están codeando con equipos de la élite en la NFC.
La victoria ante los campeones Eagles en Black Friday y el intercambio de puñetazos con los Packers en Semana 14 así lo demuestran.
El problema que tenemos es que, ante ese vertiginoso ascenso, vienen inevitablemente los celos.
Aficionados de los Packers y Lions no se sienten tan maravillados; al menos, así lo confiesan algunos en redes sociales.
Pero lo que no te dicen es que ese comportamiento vestido de indiferencia también viene disfrazado de un sentimiento de amenaza que ha visto el crecimiento de Chicago ser más precipitado de lo normal.
Bears, Packers y Lions están en una diferente línea de tiempo, con realidades y expectativas distintas, pero lo que no hay que obviar es que los Chicago Bears de Ben Johnson están aquí y parece que no irán a ningún lado.
Mientras Green Bay está en plena ventana de Super Bowl, los Detroit Lions sostienen —como el meme de Spiderman en su último suspiro— la idea de que la suya no se cierre.
La pregunta es: ¿qué necesitan los Chicago Bears para encontrar su ventana de Super Bowl?
Todo recae en Caleb Williams y su inconsistencia.
Lo Que Urge Mejorar
La semana pasada, mientras tenía algo de tiempo libre, publiqué este jueguito en redes sociales:
La publicación sugiere a un quarterback que, hasta ese momento, había registrado 9 de 10 partidos en el año con un porcentaje menor al 60% de pases completos.
Esa publicación, por cierto, fue antes de que los Bears enfrentaran a los Packers en el domingo de Semana 14.
En ese partido, Caleb Williams registró 19 de 35 para 54.3% de pases completos. Es decir, ahora tiene 10 de los últimos 11 juegos en los que no llega al 60%.
Para quienes siguen la NFL regularmente, saben que el 60% de pases completos es el mínimo que se le pide a un QB1 en estos tiempos.
Especialmente con tantos pases cortos y jugadas fáciles en los esquemas actuales, que facilitan la vida a los quarterbacks.
Cualquier número por debajo de 60% es alarmante.
Y 10 de los últimos 11 no es una tendencia, es donde vivís. Y es, por ahora, donde pertenece Caleb Williams.
¿Qué Tan Malo es Esto Respecto al resto de la NFL?
El 57.8% de pases completos está ranqueado número 33 de 34 mariscales de campo calificados en la NFL actualmente.
El único que es peor es J.J. McCarthy, compañero de división con los Minnesota Vikings y el meme de moda en el 2025.
El 22% de los pases de Williams han sido inatrapables para sus receptores; es el peor registro de toda la NFL.
Y sus 90 envíos imprecisos superan por 14 los del siguiente en la lista: Bo Nix, con 76.
“Cada semana hay ciertos lanzamientos en los que sentís que los muchachos están abiertos y que definitivamente podemos darles el balón a tiempo y darles una oportunidad de generar yardas después de la recepción”, dijo Ben Johnson en una entrevista pospartido sobre su ofensiva.
¿Por qué Caleb Williams Está Fallando Tanto?
Aquellos que vemos documentales de guerra estamos muy familiarizados con el término PTSD: Post-Traumatic Stress Disorder o Trastorno de Estrés Postraumático.
El término nació en los años 80 para explicar una condición de salud mental que puede desarrollarse después de presenciar un evento traumático.
Actualmente no está atado exclusivamente a un evento de guerra. Puede ser cualquier situación que cause estrés tras un evento.
Siento que Caleb Williams sufre algo de esto (en una manera ciertamente menos dramática), especialmente cuando no encuentra su primera lectura en jugadas de pase.
El año pasado, Williams fue capturado 68 veces, liderando a la NFL en ese rubro.
Ese número pone a Caleb como el segundo quarterback más capturado en una sola temporada en la historia de la NFL.
Parte fue culpa suya por quedarse tanto tiempo con el balón, y parte responsabilidad de la terrible línea ofensiva.
De ahí que los Bears se metieran de lleno en la agencia libre a gastar en protegerlo.
El problema es que el daño está hecho.
Cuando tenía el podcast semanal de NFL Latino, mencionaba regularmente que uno de los cuidados que deben tener los equipos con un QB novato es evitar a toda costa acelerar el reloj en su mente por consecuencia de una mala protección.
Eso es, efectivamente, lo que le pasó a Caleb Williams en su temporada de novato.
Cuando Williams no encuentra su primera lectura, tiende a ponerse ansioso.
No acomoda su cuerpo, no coloca los pies de manera correcta, convirtiendo su técnica de pase en toda una aventura.
La consecuencia de todo eso es un quarterback excesivamente errático, incluso ahora que tiene la bolsa de protección mayormente limpia.
Los problemas de técnica de Williams son notorios desde el año pasado.
La colocación de su cuerpo es como aquellos que comen algo salado, luego dulce y vuelven a salado.
No siguen un guion. No siguen una estructura. Y todo se vuelve un problema.
Tal vez no hay mejor ejemplo de lo que es Williams en términos de técnica y fragilidad mental que cuando falló 3 pases a la net seguidos durante los campamentos de entrenamiento.
De nuevo, la colocación de su cuerpo es una ensalada de movimientos sin cohesión.
Si al final sacamos de su repertorio las jugadas donde lanza el balón fuera del campo o sus receptores fallan la recepción, Caleb ocupa el puesto 40 de 42 mariscales en la métrica ajustada de pases completos.
Lo veas por donde lo veas, Williams es un pasador altamente impreciso.
Un Par de Problemas Más
Hay un par de temas adicionales que he notado al ver frecuentemente a Caleb Williams y a los Bears esta temporada.
El primero es el repertorio de pases.
Si jugás un deporte —o al menos has jugado Madden— sabés que no todos los lanzamientos merecen la misma velocidad o fuerza.
Hay pases que deben ser más bondadosos que otros. Caleb parece que simplemente tiene el potencial para que la bola explote desde su brazo.
Entonces, si no es un pase fulminante, no hay otra vía.
De ahí que pases como el que verán abajo vayan tan lejos del receptor; porque salen con una fuerza desmedida, sin darle prioridad al tipo de asistencia necesaria para la situación.
El segundo tema es la altura, del cual casi nunca se habla. Williams mide 1,85 metros.
No es alarmantemente pequeño como Bryce Young (1,78 m), pero tampoco tiene la altura a su favor.
Es básicamente 2 centímetros más alto que Drew Brees, quien en su época era considerado pequeño.
Como ya vimos, Williams no tiene la precisión de Brees, y es porque no ha aprendido a ver el campo de manera correcta (además de todo el tema de la técnica).
Es notorio, además, que cuando rola hacia la derecha —es decir, cuando no tiene un muro de hombres gigantes tapándole la vista— puede completar pases con más facilidad.
La última parte es la química con sus compañeros en el nuevo sistema de Ben Johnson.
Este es un proceso que, como expliqué con la analogía de los niños, está acelerado en su línea de tiempo por el éxito reciente del equipo.
Los Bears están peleando por el tope de la NFC Norte con equipos que son legítimamente contendientes al Super Bowl.
Están construyendo algo en pleno ascenso y, por ende, habrá evidentes problemas en el camino.
Hay varias instancias en las que Williams ha tenido dificultades para entenderse con sus alas abiertas.
En esta jugada, Luther Burden se detiene en una ruta que Caleb espera que él siga hacia las laterales.
Mientras hay potencial para muchas yardas si Burden sigue corriendo, al quedarse detenido sumamos otro pase incompleto para el QB.
Y no es la única instancia.
En Semana 8 contra los Ravens, DJ Moore hizo lo mismo en una jugada que hubiese sido touchdown si él continúa su ruta.
¿Entonces por qué es un Dilema?
Si notan, el título del artículo es “El Dilema que es Caleb Williams en 2025”, y está hecho así porque, básicamente, los Bears se rascan la cabeza cada vez que el tipo hace jugadas improbables.
¿Cómo es posible que alguien que complete pases como el de abajo no pueda completar los lanzamientos considerados como rutinarios?
Ese pase a Cole Kmet es el tipo de acierto que lo convirtió en el Pick 1 del Draft 2024.
Esencialmente porque quienes evalúan la posición de mariscal de campo piensan que es mucho más difícil encontrar a alguien que haga eso, que a alguien que complete los pases sencillos.
Es decir: para ellos, lo segundo es corregible, pero alcanzar los pases improbables es algo que se trae o no.
“Con él siempre hay esa mezcla de ‘Dios mío, esta es de las jugadas más increíbles que he visto en mi vida’”, dijo Ben Johnson en una conferencia de prensa.
De hecho, se pudo ver en tiempo real el dilema de Williams durante el juego en Lambeau Field.
Durante la primera mitad, Caleb apenas completó 6 de sus 14 pases, con un 42% de esos envíos básicamente inatrapables.
Eso sugiere que Williams está muy lejos del potencial que muchos esperan pueda alcanzar.
Sin embargo, en la segunda mitad completó 13 de 21 pases para 154 de sus 186 yardas aéreas. Aquel 42% de pases inatrapables bajó a 12%.
Ben Johnson lo sacó de la bolsa de protección y lo puso en play-action el 61% de las jugadas ante Green Bay.
Caleb tiene 70 de QBR (de 100 posibles) en la temporada cuando los Bears usan play-action.
Chicago anotaría puntos en 3 de las 4 series ofensivas en ese segundo tiempo y tuvo la posibilidad de anotar más, de no ser por la intercepción de Keisean Nixon.
Sus 2 touchdowns (y, en su defecto, la intercepción) fueron mientras el tipo estaba en movimiento, y no estático en la bolsa.
Se pudo ver en tiempo real por qué Caleb Williams se ha convertido en una montaña rusa de emociones.
En una mitad no querés nada con él y en la otra su talento te vuelve a atrapar.
Williams registra 5 series para ganar partidos en el último cuarto o en tiempo extra este año. Esa es la segunda mayor cifra en la NFL.
También suma 12 touchdowns en el último cuarto, una marca que lo mantiene entre los siete mejores QBs de la liga.
Y que incluso pudiera aspirar a una sexta serie ganadora en Green Bay demuestra lo bien que se desempeña en los momentos finales.
Ver a Caleb Williams hoy es como ver una obra de arte a medio pintar. Hay partes terminadas que te dejan sin aliento y otras en blanco que te desesperan.
Ser aficionado de los Bears implica aceptar el riesgo de que ese cuadro nunca se complete… o la posibilidad de que, si lo hace, hayas sido testigo del nacimiento del mejor quarterback en la historia de la franquicia.
O, en las palabras de Ben Johnson:
“Justamente eso es lo que estamos intentando: combinar ambos mundos para llegar a tener un mariscal realmente bueno en esta liga, un mariscal realmente peligroso, una ofensiva peligrosa y un muy buen equipo por mucho tiempo”.
“Aún no estamos ahí. Estamos trabajando arduamente todos los días. Lo he dicho cada semana: ves crecimiento en muchas otras áreas, y cuando ese último detallito termine de aparecer, creo que vamos a estar muy satisfechos”.
El mejor de los escenarios es ver a Caleb Williams convertirse en el arco de redención que logró Josh Allen.
El problema es que Allen es la excepción, no la regla.
Independientemente de si lo logrará o no, el viaje hacia ese resultado promete dejar a los aficionados de los Bears sin aliento… y seguramente vomitados por momentos.
Es mejor que se ajusten bien los cinturones.
Gracias por leer. ✌











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